Queridos jóvenes,
El coleo no es solo un deporte; es una tradición que vive en el corazón de nuestra cultura venezolana. Es una danza entre el hombre y la bravura del toro, una celebración de coraje, destreza y el amor por nuestra tierra. Con cada entrada a la manga de coleo y cada carrera en el campo, llevamos con nosotros el legado de nuestros abuelos y aquellos que nos precedieron.
Recuerden que cada vez que suben a la montura, no solo se enfrentan a un desafío físico, sino que también están conectando con una historia rica en valores como la perseverancia, el respeto y la fraternidad. Es fundamental que no dejemos que esta tradición se apague. La esencia del coleo es un canto a nuestra identidad y a la unión de un pueblo que se levanta ante las adversidades.
Ustedes son el futuro, y tienen en sus manos la responsabilidad de preservar y difundir nuestras costumbres. Abracen el coleo con orgullo, aprendan sus técnicas y transmitan su belleza a quienes vengan después de ustedes. Así, el coleo continuará siendo un símbolo de nuestra cultura, una fuente de inspiración y un motivo de unión.
La pasión que pongan en el coleo será el mismo fuego que encenderá la llama del amor por nuestra herencia en las próximas generaciones. ¡Vamos adelante! Que los ecos de los toros y el grito de ¡Viva el coleo! resuenen en cada rincón de Venezuela.
Con cariño y fuerza,
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Espero que estas palabras inspiren a las nuevas generaciones a mantener viva la tradición del coleo. ¡Viva la cultura venezolana!